En promedio, al menos un Volvo nuevo se choca al día. Y esto ha sido fundamental para preservar la posición de Volvo Cars como líder en seguridad automotriz hasta el día de hoy. Desde 2000 es uno de los laboratorios de choque más avanzados del mundo, superando los límites de la seguridad y aprendiendo de los accidentes de tráfico en la vida real, recreando situaciones de tráfico y accidentes. La empresa tiene como objetivo un futuro en el que nadie muera o sea gravemente herido en un Volvo nuevo
El laboratorio contiene dos pistas de prueba de 108 y 154 metros de largo respectivamente. El más corto de los dos es móvil y se puede posicionar en un ángulo entre 0 y 90 grados, lo que permite pruebas de choque en diferentes ángulos y velocidades. En el exterior, hay espacio para realizar pruebas como choques de vuelco y escenarios de escorrentía en la carretera, en los que los coches se lanzan a una zanja a altas velocidades. Aquí, Volvo Cars también ofrece oportunidades a los servicios de rescate para que puedan perfeccionar sus habilidades para salvar vidas, como lo hizo a principios de 2020 cuando lanzó nuevos Volvo desde una altura de 30 metros para simular choques extremos. Dentro de la sala principal, se utiliza una barrera de choque enorme para probar varios impactos frontales, traseros y laterales. Con un peso de 850 toneladas, es posible moverlo con la ayuda de cojines de aire. Además, hay aproximadamente 24 barreras fijas y móviles que se utilizan en las pruebas de choque, donde el automóvil, los maniquíes de prueba de choque y las barreras están equipados con sensores que permiten a los ingenieros de Volvo Cars registrar toda la cadena de eventos en detalle.
